domingo, 13 de junio de 2010

Un pecio en Cortegada?


Nos últimos días ven de ser publicado na prensa que a Dirección Xeral de Patrimonio ven de autorizar unha intervención arqueolóxica subacuática no entorno do posible pecio de Cortegada. Pecio ven do latín pecium e así é como se denomina aos restos dos naufraxios, xa conserven restos da nave ou do seu contido.
Dado o interese da nova e a escasa información sobre o asunto que actualmente oferta a rede, imos transcribir una fragmento do traballo Primeras Prospecciones Arqueológicas subacuáticas en el litoral de la provincia de Pontevedra asinado por Antonio de la Peña Santos e publicado en 1984 na revista Pontevedra Arqueológica do Grupo Alfredo García Alén:

"...Los alrededores de la Isla de Cortegada eran conocidos desde antiguo, en los medios relacionados con la actividad arqueológica provincial, por las extracciones que mariscadores y pescadores solían efectuar esporáficamente de fragmentos de ánforas romanas. Un magnífico ejemplar, prácticamente completo, fue adquirido por el Museo de Pontevedra en 1957. La frecuente aparición de restos arqueológicos de este tipo en aguas de la ría de Arousa, incluso río arriba, hasta Pontecesures, no puede extrañarnos por constituir esta zona una vía de penetración natural, de primera magnitud, hacia el interior de Galicia, lo cual hace de la misma una de las áreas gallegas de más temprana romanización.
A mediados de 1982, D. Juan Augusto Barreiro Gómez, buceador profesional vecino de Carril, se pone en contacto con nosotros y nos informa de que conoce el lugar donde, según él, se encuentra un pecio romano. Se niega a facilitar su exacta localización, salvo que se encuentra en el ría de Arousa, y pretende que el Museo de Ponvedra llegue a un desorbitado acuerdo económico con él. Como el Museo no puede acceder a la solicitud, el asunto queda en suspenso.
Posteriormente, y a través de sendos reportajes de prensa y televisión gallegas, el Sr. Barreiro da cuenta de su descubrimiento, situándolo, aunque sin mayor precisión, en las inmediaciones de Punta Fradiño, zona noroccidental de la Isla de Cortegada.
Conociendo de esta forma la ubicación aproximada del supuesto pecio, con el consentimiento del descubridor y la entusiasta colaboración de la Comandancia Militar de Marina de Vilagarcía de Arousa, se inician los trabajos de prospección sistemática.

Tras una inicial toma de contacto con el lugar, y previo un exhaustivo estudio de la fotografía aérea y cartografía marina, se procedió a la elaboración de un programa de trabajo para el que sirvió de gran ayuda el plano topográfico de la isla, gentilmente cedido por el Excmo. Concello de Vilagarcía de Arousa.

Sobre este plano se proyectó un cuadriculado de base mediante un sistema de coordenadas cartesianas. Se crea de este modo una retícula integrada por cuadros de cien metros de lado subdivisibles si las necesidades operativas así lo hicieran necesario. Cada uno de los componentes de la retícula fus sistemáticamente y detenidamente explorado mediante un sistema de barrido o peinado de la zona a cargo de un equipo de cinco buceadores, en formación pararlea, guiados desde tierra mediante señales ópticas. Cada hallazgo que se produjo durante la operación fue señalizado por medio de una boya y situado desde tierra por triangulación desde las tres estaciones previamente establecidas. Con este mismo sistema se cartografió el fondo marino, anotando todos los datos de interés sobre sus características. Otros métodos de prospección experimentados en este yacimiento son los de arrastre con planeador para la observación de grandes extensiones de fondo marino y el "peinado" en círculo.

A través de esta metodología de trabajo se han podido establecer, con bastante detalle, las características esenciales del lugar, de muy deficiente visibilidad a causa de los aportes de materia orgánica en suspensión acarreados por las aguas de río, y con una fuerte corriente ascendente/descendente que dificulta extraordinariamente el trabajo.

El lecho marino inmediato a Punta Fradiño es de gran irregularidad, muy rocoso en las proximidades de tierra firme y con una fuerte restinga que se adentra siguiendo la vertical de la Punta. Presenta una zona central con fango muy compacto en medio del cual se localizó la mayoría de los hallazgos; un canal de unos doce metros de profundidad delimita esta zona del gran banco de arena (lombo) móvil que se situa al N.

Hasta el momento ha sido prospectada, aproximadamente, la mitad de la superficie prevista al inicio de los trabajos.

Todas las piezas de interés arqueológico extraidas hasta el momento proceden de hallazgos sueltos, sin conexión aparente con el supuesto pecio, del que no ha sido localizado resto alguno. En su mayor parte, presentan evidentes señales de haber sido fragmentadas y trasladadas por las artes de arrastre de los mariscadores.

Casi todos los hallazgos corresponden a fragmentos de ánforas, de las que se recuperaron tres ejemplares prácticamente enteros y fragmentos, de diferente entidad, de al menos otras veinte.
Tipológicamente corresponden a un modelo sumamente homogéneo, incluíble dentro del grupo 7-10 de la clasificación de Dressel. Se trata de ánforas ovoides del Alto Imperio, datables, en líneas generales, a lo largo de la primera mitad del siglo I; es decir, en un momento temprano de la romanización del área galaica.

Todas las ánforas están recubiertas interiormente por una gruesa capa de sustancia resinosa que podría indicar que estos recipientes transportaban vino. Es de destacar también la presencia de grafitti en varios de los pivotes.



Otros materiales recuperados, de gran importancia desde el punto de vista histórico, son los restos de dos platos de terra sigillata del tipo Dragendorf 18, con toda seguridad de procedencia sudgálica.
El más completo presenta una estampilla de alfarero en la que puede leerse DASAI. Todo parece indicar que se trata de una marca inédita. (*Posteriormente a este traballo, JM. Caamaño y C. López (2006) plantearon dúbidas sobre esta lectura (propoñen a lectura DA[ ]AIO) e sobre a súa procedencia sudgálica, asimilando as súas características ás dos centros de producción rioxanos).

Es de destacar también la aparición de una tapadera de ánfora en perfecto estado de conservación, varios fragmentos de tégulas y restos bastante significativos de recipientes cerámicos de pastas poco depuradas.




En la actualidad estos trabajos se encuentran detenidos por la falta de dotación económica sufrida en 1983 y la denegación del permiso oficial para reanudarlos en 1984..."

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TEXTO: Antonio de la Peña Santos, 1984. "Arqueología Subacuática". Pontevedra Arqueológica, I: 210-214. Fig. 4, 8. Lam. 6-10.

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Posteriormente a este traballo a Dirección Xeral de Patrimonio, encargou unha nova prospección, realizada en Agosto de 1988 (Foto dun fragmento de ánfora recuperado).
Desta intervención tamén se conclue a moi probable existencia dun pecio pola concentración dos materiais e a falta de desgaste por rodamento.
Consideran a posibilidade de que a nave entrase na ría de Arousa e puidera atravesarse na zona do sinistro onde a forte corrente descendente do río tería provocado o naufraxio (Luaces e Toscano, 1989: 259-262).



BIBLIOGRAFÍA ADICIONAL
Caamaño, J.M., López, C. 2006. Adenda al corpus de marcas de alfarero en Terra Sigillata localizadas en Galicia. Gallaecia, 25: 83-129.
Luaces, F.J.,Toscano. C. 1989. Prospección subacuática da illa de Cortegada (Vilagarcía de Arousa) arqueoloxía. Informes – 2 xunta de Galicia. Santiago
Naveiro, J. 1985. Un pecio romano en Cortegada (Vilagarcía de Arosa). Actas del II Coloquio Galaico-Minhoto, II: 273-284. Instituto Cultural Galaico-Minhoto. Santiago de Compostela.
Patiño, R. 1983. Prospecciones subacuáticas en la isla de Cortegada. Revista de Arqueología, 25.
Patiño, R. y Peña, A. de la, 1983. Exploraciones arqueológicas en aguas de la isla de Cortegada. Remar, 2: 32-34.
Singul, F., Suárez, J. (ed.) 2004). Hasta el confín del mundo. Diálogos entre Santiago y el mar. Salamanca: Xunta de Galicia. 371 p. Catálogo.

2 comentarios:

carlos dijo...

gracias Bea por dar a coñecer o do pecio á xente "normal" e que non so sepan del os profesionais do paletin.Ay se lle deran por seguir o Ulla arriba....
P.S : o home que atopou unha anfora no 57 non seria o mesmo que lle fixo un barco ó teu pai ?

bea dijo...

Que me dis!
Pois vou preguntarlle a ver...
Por certo, xa seguiremos "contando" Ulla arriba cando teña máis tempo.

unha aperta