viernes, 31 de diciembre de 2010

"Personajes populares de Vilagarcía": Arlillo


No 2010 finou o meu pai, Arlillo ou Carlos Comendador Peña.
Cando no 2006 o Concello de Vilagarcía publicou o seu libro "Personajes Populares de Vilagarcía", alguén que o coñeceu ben, envioume o mail que hoxe quero transcribir nesta entrada.
Porque quería pechar o 2010 engadindo ao libro unha personaxe que quedara pendente: a do proprio Arlillo.



Alguien tuvo la delicadeza de regalarme un ejemplar de "Personajes Populares de Vilagarcía", en cuyas páginas tu padre vuelca sus recuerdos en un alarde de prodigiosa memoria, recuerdos matizados con pinceladas muy suyas, y por lo tanto impregnadas de la bonhomía e hidalguía que siempre le caracterizaron.

He disfrutado muchísimo con este libro.

Pero no puedo ocultarte, y esta es la razón de esta epístola, que falta en él la semblanza de un personaje. Porque precisamente Arlillo Comendador que realiza en este trabajo una labor de memoria colectiva merece, como el que más, un lugar preferente entre los personajes populares de Vilagarcía.

Para abonar este aserto podía hacer referencia a muchas anécdotas. Pero no es preciso, porque quienes hemos vivido ahí la tristemente célebre década de los años cuarenta, jamás podremos olvidar la labor infatigable y el contagioso entusiasmo de Carlos fomentando el deporte entre una generación desnortada, desencantada, carente de toda clase de medios y con un inmediato pasado traumáticamente quebrado .

Fomentó el deporte como ocio, el deporte como vocación, el deporte como escuela cívica, el deporte como esfuerzo para lograr la superación personal, el deporte en su más puro espíritu olímpico, el deporte, en fin como forja de hombres.

Y lo hizo careciendo de todo. Incluso el Campo de La Lomba, con sus paredes de ladrillo abatidas , destrozadas por la incuria y el abandono, fue convertido en un pastizal para las cabras del vecindario que ramoneaban su escasa hierba, porque había mas calvas que verde…Y como consecuencia de esta dejación la dueña del predio, Doña Desamparados Barrio, mandó que lo arasen y lo sembrasen de millo.

Carlos no se desanimó y con aquél liderazgo basado en su ejemplar espíritu deportivo, condujo a la pléyade de jóvenes hasta la Playa de Compostela y alli, entre el arenal para unas actividades y el parque para otras, dirigía, animaba, y enseñaba a toda aquella muchachada

Muchos vilagarcianos incrédulos, sobre todo los mayores que vivían agobiados por la escasez de subsistencias y en un clima de postguerra (con vencedores defraudados y vencidos amargados) decían que estaba loco.

Y lo estaba.

Porque estaba poseído de una divina locura que le permitía ser distinto, sin odiar ni ser odiado. Atender y cumplir su jornada laboral y rematarla indefectiblemente con un entrenamiento agotador: tablas de gimnasia, carreras, saltos….Y la enseñanza y dedicación a los demás: Técnicas para correr en pruebas de velocidad, medio fondo, o fondo; recursos para obtener mejor marca en saltos; aprendizaje de respiración, como bracear, como pisar, como realizar las salidas con éxito

Y así, sin mas medios que esa divina locura forjó un plantel de atletas de los cuales algunos alcanzaron el honor de subir al podio en competiciones internacionales, nacionales y, sobre todo en aquellos campeonatos triangulares Vigo-Pontevedra-Vilagarcía.

Relacionarlos a todos sería difícil, careciendo de la memoria de Arlillo, pero me surgen , cálamo currente, los nombres de Guillermo Poyán, Manolo Portela, Chiño Adell, Horacio Gamarra, Daniel Poyán, Toniño Viqueira, Anselmo Gómez Torres, Gonzalo Arízcum

Definitivamente Arlillo fue capaz de mantener permanentemente encendida la antorcha olímpica en aquel pueblo y en aquel tiempo.

Su trayectoria profesional y su faceta familiar no serán, sin duda, menos importantes. Pero el lugar que le corresponde en el palmarés de los “Personajes populares de Vilagarcía” está avalado con creces por su curriculum como atleta y como fomentador del atletismo.

Y debemos hacerle justicia consignándolo así.

Porque él, con su proverbial modestia sería incapaz de demandarlo.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

a VERDADE É QUE O VOTO DE MENOS.
SEMPRE O RECORDAREI. MARÍA INSUA.

bea dijo...

Gracias María

Anónimo dijo...

Tengo recuerdos muy gratos de D. Carlos. En una época de mi vida trabajé con él en la fábrica que con gran ilusión, instaló en las orillas del Umia. Siempre guardo muy buenos recuerdos de D. Carlos. Recibí experiencia y cariño.
J.L. Trueba